sábado, septiembre 22, 2007

Y a quién realmente le importa...

¿Y a quién realmente le importa...
lo que pase en la vida de los demás si en realidad están demasiado ocupados como para preocuparse de sí mismos?
¿Y a quién realmente le importa...
realmente mostrarse a los demás como debe ser si puede esconderse bajo una careta que embelesa a los demás para poder hacer con ellos lo que quiera y. lógicamente, para beneficio propio?
¿Y a quién realmente le importa...
lo que hablas si no te escuchan?
¿Y a quién realmente le importa...
lo que sientes si ellos no se ponen en tu lugar?
¿Y a quién realmente le importa...
lo que hagas si en realidad no lo valora nadie, nisiquiera tu mismo?
¿Y a quién realmente le importa...
la vida?
¿Y a quién realmente le importa...
la muerte?
¿Y a quién realmente le importa...
el sufrimiento, ya sea propio o ajeno?

Ese es el problema de todo... a nadie de importa nada ni nadie, todo el mundo se preocupa de si mismo, si es que es algo que llega a hacer porque muchas veces tampoco lo hace porque el dinero tiene más peso que cualquier otra cosa, la fama tiene más peso incluso que una vida.

La razón todo es la indiferencia, la frialdad del ser humano que no hace funcionar lo que él mismo hace llamar "razón" porque muchas veces los animales, que llaman salvajes, tienen más "sentido común que un humano (si es que existe el sentido común)







Ese es el problema..... ¿y a quién le importa?








A nadie le importa...........











Porque tus pensamientos son distintos al sistema y por ende no encajas en él o encajas o mueres y eso es lo que vives... una muerte fría y dolorosa... pero hay algo en lo que tienes razón...



A nadie le importa.

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domingo, diciembre 17, 2006

Lo que me hizo sentir el viento


Miro alrededor y me doy cuenta de que la gente pasa a mi lado como si no me viera. Siento como si el tiempo fuera tan relativo que pareciera como si en aquel momento, para aquellos que no ven éste fuera más rápido que para mi.

Comiezo a caminar en contra de la marea, cada vez que intento dar un paso más creo que doy como 3 o 4 para atrás, pero no dejo de luchar por tratar de llegar a donde supuestamente tengo que llegar. Ahora que lo pienso ni siquiera sé a donde tengo que llegar, creo que he perdido toda noción de tiempo, espacio y de condición, extraño... si hasta hace unos momentos lo tenía todo claro ¿todo claro? si lo tuviese no estaría en estos momentos cuestionandome lo que tengo que hacer.

Miro un lugar en especial y extramente me siento atraída por el, me acerco lentamente y me doy cuenta de que es un hermoso parque, me adentro sin temor y me doy cuenta de que es un lugar al que jamás había entrado. Camino por entre los senderos admirada por el paisaje, por el cantar de los pájaros y por más de alguna hoja que caía desde la copa de su árbol.
Mientras camino, comienzo a darme cuenta de que mi vida no tiene ninguna gracia, de que soy parte un gran juego de ajedréz pero que no sé nisiquiera que pieza soy, o si ya me jugaron o si ya estoy en juego, de lo único que estoy segura es de que no soy "la reina".

Comienza a correr un viento muy fuerte, mi cabello se alborota por éste y provoca que me proteja ligeramente. Cierro lo ojos, aún siento aquel viento correr pero extrañamente ya no me llega de forma directa, abrí los ojos y miré hacia adelante, no había nadie. Seguí mirando y me di cuenta de que estaba sola en aquel lugar. No quise pensar nada y continué con mi camino.
Ya estaba comenzando a dirigirme a donde no me gustaba, a donde yo me sentía absolutamente sola, al lugar en el cual yo pensaba que de un momento a otro moriria si continuaba estando en ese lugar. No queria ir, no queria volver, pero ese lugar era mi hogar. yo misma lo hacia, cada 2 pasos que daba retrosedia cuatro, no queria volver... me da ira el continuar en ese lugar. Sin previo aviso sentí como si alguien me abrazara por la espalda, como si alguen me proteguiera y me estuviera diciendo de alguna forma "ve, es tu deber, pero yo te protegeré".

Caminé de forma segura, confiando en aquella sensación de protección que había sentido en el parque.
Al llegar me di cuenta de que no había tensión, de que no había conflicto y de que no habían peleas. Salí de aquel lugar y lo vi, lo vi a lo lejos sin que se diera cuenta, lo seguí pero cuando lo quisé alcanzar se desvaneció.
Se desvaneció y no sé si lo volveré a ver... por que de aquel día tengo una gran angustia en mi corazón por lograr entender a que se debía aquella sensación. Quizás haya sido una alusinación, quizás haya sido solo mi imaginación la que me jugó en contra, pero de lo que realmente estoy segura es de que el viento me mando algo pero que no pude alcanzar, quizás no haya sido el momento ni tampoco el lugar, sólo espero que aquella sensación se vuelva a repetir para poder alcanzar las sensaciones que me hizo sentir el viento.

-.-.-.-.-

Hola, hace mucho que no actualizo.
Este cuento es cortito, más de lo normal, pero es algo que quería escribir por que sentía que era necesario.
Espero que les guste y espero poner más seguido mis cuentos.
Saludos.
Atte.
June.

viernes, abril 07, 2006

El poder de las palabras


Tomé el lápiz con una sutileza casi extraña y ajena de mi... no entendí el por que sucedió pero lo hice de igual manera, me sentía extrañísima y quería tranqulizarme, alguien por ahí me habia dicho que la mejor manera de expresar las cosas que uno sentía, era por medio de palabras... por medio de la forma escrita.

Sin darme cuenta de como estaba el ambiente a mi derredor comencé a trazar las líneas de las que parecían ser palabras, que pronto se convirtieron en frases, para terminar en largas oraciones.

Pasaron los minutos, pasaron las horas; sin darme cuenta comencé a esforzar cada vez más la vista... era claro, estaba escribiendo en casi una oscuridad máxima... era normal que no pudiera escribir. Me levanté, extrañamente si soltar el lápiz, sentía que si lo soltaba... iba a perder todo mi sentimiento y mi entusiasmo en lo que estaba escribiendo. Me volví a sentar, sin darme cuenta en lo más mínimo en lo que escribía... pero si me fije en que llevaba al menos como 10 hojas escritas y unas... ¿20? ¿30?... mmmmmm difícil respuesta, a no ser de que me pusiera a contar cuantas pelotitas de papel había en el suelo.

Miré mi porta lápices y me percaté de un lápiz en especial... era como si me pidiera a gritos que lo usara poder escribir algunas oraciones, palabras o frases con él. Era un lápiz que, extrañamente, no me había percatado de que existía, quizás me lo había comprado yo o... mi madre... o ¿acaso fue regalo de algún amigo secreto o quizás de algún cumpleaños? me pregunté eso por que estaba dentro de un envoltorio muy parecido al celofán, pero era de color verde, como la esperanza.

Saque una hoja e hice una línea con el lápiz; era un verde realmente precioso, era un verde brillante, con una cierta luz que hacía que hacia que, la tinta, pareciera casi mágica. La línea que se creo fue tan fina y tan sutil que parecía un fantasmita en medio de un mar blanco.

Sentí como si le llenara de alegría.

Deje el lápiz en frente de mi, sabía que lo necesitaria en algún momento. Continué con mi escritura, por primera vez en mi vida me volcába frente a un papel, completamente blanco, y decia todas las cosas que sentía, que veía y que me dolían.

Sin querer, volteé a la derecha y vi su fotografía, se veía tal cual como hacía unas horas... con la diferencia... con la gran diferencia de que había en su lindo rostro una amplia y hermosa sonrisa. Me entristecí el doble de lo que me encontraba y comencé a sentir que todo lo que había escrito no servia de nada, que en realidad lo único que estaba haciendo era perder el tiempo. Me di cuenta de que hay veces en que uno no entiende las palabras se te están diciendo... que en vez de incluir, te excluyen; en vez de aglutinar, separan; en vez de sumar, restan; en de agrupar, dispersan; en vez de permitir, censuran y en vez de ayudar... traicionan y viceversa... Después de todo aquello que pensé y que escribí, me di cuenta de que no todo lo que yo pensaba que estaba realmente mal. Me di cuenta de que hay cosas que realmente le dan sentido a la vida.

No me di cuenta de que estaba completamente empapada en llanto hasta que me toque las mejillas con las manos y sentí agua... agua fría y con una extraña sensación a tristeza. Volví la cabeza al papel y me di cuenta de que todo lo que había escrito en horas, ahora estaba completamente destrozado... las lágrimas lo habían destruido, la tinta se había corrido por completo. Me sentí frustrada, me sentí mal... todo lo que había escrito había terminado en nada... me sentía de nuevo en cero. Movia y movia las páginas para poder convencerme de que no recuperaria lo que había escrito en aquel momento. Llegaba a las últimas páginas de aquel martirioso momento y desde abajo, por medio de la pequeña lagunita que había provocado una lágrima, vi algo verde en el papel que había bajo el que miraba en ese momento. Corrí la hoja con un temblor en las manos, casi incontenible e insoportable, al ver lo que decía el papel escrito de verde mis ojos se agrandaron y mi corazón dio un vuelco. Por fin me había dado cuenta de que no me sentía así por nada, si había una razón y era real. El problema era que no estaba segura, o no quería aceptar, que era eso.

Me lancé al teléfono, con la hoja escrita de verde en la mano, marque un número que casi me sabía por inercia, estoy segura que si me hubieran hecho marcarlo con los ojos vendados de igual manera sé a que número estoy llamando. Contestó él, lo supe de inmediato, pero ya no era aquella voz alegre y vivaz de siempre, si no que era una voz completa y asolutamente apagada y triste, al parecer había estado llorando momentos antes de que contestara el teléfono. Me tiritaban las manos y la voz no me quería salir. Volvió a preguntar "Aló" y yo ya estaba segura que si no hablaba me cortaría, o quizás si lo hacía también lo haría, pensé tanto en aquel momento que no me di cuenta de que me habían cortado, me sentí peor. Arrugué el papelito y me lo metí en el bolsillo del pantalón, me levanté de la cama, tomé mis llaves y salí de mi casa sin avisar.

Caminé lentamente, necesitaba relajarme para poder pensar bien las cosas, si no... no, yo no quería volver a pasar por lo mismo otra vez, cada vez que discutiamos, y me sigo sientiendo igual, siento que el mundo se me viene abajo.

Casi por inercia mis pies caminaron y me llevaron a su casa, que no queda tan lejos de la mia. Me quedé ahí muchísimo tiempo... ordenandome, pensando si todo estaba bien, en cada palabra que él me había dicho. Me arme de valor y grite su nombre, sentí como se abrió la puerta si salió su hermana menor, me decia que él estaba en su pieza de hacía horas ya y no salía. Me preocupe. Entré a la casa y subí la escalera... me dio miedo tocar la puerta, así que la abrí sin hacer el menor ruido posible. Estaba frente al computador, con la música sumamente baja, reconocí la canción era una de "Gackt"... era "Last Song". Sentía como lloraba y escuchaba el "tip, tip" del teclado cuando escribía algo. También sentía cada vez más y más el llanto. Entré sin hacer ruido para que no se volteara a verme, no quería verlo así... si llegaba a darme cuenta de como estaba realmente mi corazón no resistiría y me quedaría paralizada. Recordé que le gusta que le hablen al oído y eso hice, lo abracé con una fuerza enorme, con unas ganas únicas y con un amor increíble. Sentí como si cuerpo se tenso de inmediato y como comenzaron a caer más lágrimas de sus ojos. Me arme de valor y...


-"Lo siento... te... tenías razón" - no contuve las lágrimas... me quebré.
-"Yo... yo también... pero... pero creo que... creo que debemos de seguir cada uno por su camino"
-"¡¿QUE?!" - sentí como si mi alma se enfriara, mis brazos se resbalaron de su cuello y caí de rodillas al suelo sin poder contener las lágrimas.
El se volteó con la silla giratoria y colocó sus manos sobre mis hombros por unos momentos. Me sentí peor. Sentí su mano derecha en mi mentón y la pequeña fuerza que egercía para poder levantar mi cabeza y poder mirarlo.
-"Siento que ambos somos sumamente tercos en nuestros pensamientos y posiciones... no, no lo hagas... no es lo que piensas..."
-"Sé... sé que debemos ceder, pero si lo hace... no lo hace ninguno... ¿cómo piensas hacerlo? Por favor... no me hagas esto... no me mates tan pronto" - intenté dejar de mirarlo pero él me lo impedía. De pronto se cambió de asiento a su cama y me elevó para poder quedar sentada a su lado. Sin que yo me diera cuenta se fijo en algo blanco que tenía en el bolsillo de mi pantalón. Estiró su mano y me lo sacó con una suavidad enorme, tanto así que no me di cuenta hasta cuando ya lo estaba abriendo para saber que era. Me sentí nerviosa... era aquel papel verde. Después de que lo leyó me miró con los ojos mucho más mojados que antes y me sonrió. Me abrazó de tal manera que me sentí extraña. Tomó mi rostro entre sus manos y casi en un susurro me dijo:
-Jamás podría separarme de ti... no me mal entiendas... no me refiero a eso, nunca te dejaría sola, recuerda que... "Eres mi pedazo de Alma"... yo pienso lo mismo"

No pude contenerme, me abracé a él como nunca y estallé en llanto, mientras miraba la hojita escrita de verde que ahora estaba en el suelo y seguía escuchando "Last Song".

"Eres realmente la persona que yo quiero...



TE...


AMO..."

miércoles, febrero 01, 2006

¿Sin Esperanza?


Jamás pensé darme cuenta de esto tan tarde... si alguna vez me lo hubiera imaginado no creo que estuviera pasando por lo que estoy pasando ahora.

Miro a cada lado del cuarto en el que me encuentro y me siento tan solo como nunca. Me doy cuenta de que las cosas no son como me las imaginé ni como deberían de haber sido... si tan solo hubiera tenido más fuerza o más visión de futuro, esto no hubiera pasado en lo absoluto. Pero ya es demasiado tarde, fui demasiado cobarde como haber arreglado algo así, es cierto me hizo mal muy mal y lo peor de todo es que me doy cuenta ahora, cuando ya no tiene arreglo y no veo ninguna esperanza a la situación y sólo veo oscuridad.

Y todo me paso por dármelas de buena persona... eso me da a entender que jamás tengo que volver a confiar, que jamás me tengo que dejar pasar a llevar y aunque no siempre es lo mejor... huir... huir del lugar en donde estoy... es mejor eso a vivir dentro de un Infierno, si aunque no lo crean Infierno con mayúscula... creo que es la manera más cercana que tengo para poder describir mis horribles situaciones.

¿Alguna vez has tenido la sensación de tener un enorme nudo en la garganta y sentir como si tu pecho, o específicamente tu corazón es aplastado con violencia? Así es, eso fue lo que yo sentí durante mucho tiempo... me era difícil darme cuenta de cada una de las cosas que me pasaban, pero hubiese preferido morir a estar viviendo un momento de agonía eterna, a pesar de que fueron tan sólo unos días, pero fueron los peores.

Ahora después de todo lo pasado me doy cuenta de que... quizás ella jamás me miró de la manera en que yo la miraba, ella jamás llegó a pensar de la misma manera que yo, por que si no... Jamás hubiera hecho lo que hizo... no... Lo que ME hizo... y yo que la consideraba una amiga, una persona fiel y comprensiva, una persona en la cual podía encontrar un apoyo y una compañía, pero todo se fue al suelo en el momento en que menos pensé que sucedería, ella desapareció y me dejó en el olvido, me dejó sumido en un mar de desesperanza, ira y odio, que terminó volcándose sobre mi y yo sin entenderlo realmente terminé entre la locura y la desesperación.

Si hay alguien que aprendió a odiar en menos de 30 minutos ese soy yo. Ahora es cuando ustedes me preguntan "¿Pero como piensa dices eso, eso no se pude hacer?" y yo les contesto, sí se puede hacer... todo depende del odio que comienza a crear su propio corazón, todo depende de la cantidad de buen sentimiento que tenían hacia esa persona y lentamente empezar a revertirlo... suena como si fuese algo extraño, pero en el momento no lo es, tu subconsciente y tu inconciente trabajan de una manera tan rápida que no te das cuenta del verdadero proceso, sólo te das cuenta cuando ya llega al punto en que sólo quieres ver su sangre... su sangre repartida por el suelo o a la muy maldita pudriéndose en disculpas a latigazos por lo que hizo, pero es demasiado difícil así que optas por lo más fácil sin siquiera darte la menor cuenta ya que es una acción involuntaria en la mayoría de las personas. Comienzas a entrar en un momento de pánico, de ira, de histeria y no sabes bien que hacer, no piensas lo que haces y es en ese preciso momento en donde aparecen algunas personas que jamás pensaste en verlas o... las personas que si piensas ver y que... a pesar de todo están ahí. Pero al cabo de un momento de das cuenta de que no están todas y entonces comienzas lentamente a darte cuenta de que estas solo completamente solo, ya no miras a tu derredor... no te importa nada y piensas en la salida más simple... el suicidio... tienes todo preparado para hacerlo estás a punto de acabar con todo de una sola vez y en ese momento... te das cuenta de que eres un cobarde, de que no puedes hacerlo por que eres de tan baja categoría, que eres tan estúpido e imbécil que no puedes siquiera matarte a ti mismo para escapar de los problemas que te rodean. Comienzas, a pesar de todo, a pensar en las personas que te quieren y que si llegan a saber en lo que estas metido pueden casi dejarte como exiliado en la familia, pero aún así piensas en ellos, piensas en la persona que te ama y te das cuenta de que en vez de hacerle un bien le estas haciendo un terrible daño y recuerdas el día en que le dijiste que jamás l@ querías ver llorar por culpa tuya y en ese momento de completa confusión y desolación... lo sientes... sientes esa cálida voz, esa voz que no pensaste escuchar en ese momento por que no lo viste antes, por que pensaste que te había abandonado y te auto compadeces... "pobre ilus@".

Cuando alzas la vista te das cuenta que no hay nadie que estas completamente solo en ese oscuro y lúgubre lugar, pero cuando comienzas a mirar más allá de lo que pensaste, te das cuenta de que hay una pequeña luz... una luz tan pequeña que durante todo tu momento de desesperación habías pasado desapercibida y es ahí cuando te das cuenta de que esa persona cuando realmente te ama siempre estará contigo y te tratará de sacar del hoyo en el que te encuentres metido, pero aún así... nunca dejarás de pensar y de sentir aquel odio, aquel odio por esa persona que te dejó así y que arruinó una parte de tu vida y aunque piensas que en realidad ya no quieres saber nada de ella... en tu interior, bien en tu interior, aún sientes unas ganas imperiosas de querer verla muerta.


Sin más, se levantó del oscuro rincón en el que se encontraba para poder saber si realmente había sido aquella voz su pequeña luz de esperanza.

jueves, enero 19, 2006

Claro de Luna

Las hojas de los árboles caían sutílmente sobre un pasto verde amarillento. Mientras la brisa movía su largo cabello ébano. Sus ojos vidriosos dejan al descubierto que había llorado, con alma y corazón.
La luna llena se reflejaba en la laguna del pequeño parque en donde ella estaba. Con su intensa luz iluminaba todo, incluso las lágrimas plateadas de la joven que miraba perdida la luna.

Las Luces del estudio estaban prendidas y el piano de cola negro en el centro esperando a ser tocado. -"¿te gusta? " - preguntó la joven a un asombrado muchacho de cabello rubio -" Es precioso y... ¿tú tocas?"
-"Sí... aunque últimamente sólo recito"
-"A quién ¿Mozart?"

Caminaba por la calle con sus ojos hinchados por el llanto, la guiaron al mismo sitio de la primera vez.

-¿Has traido a alguien más?
-"Sí, no eres el primero... lo siento"
-"Que mal... mmmm qué tocas... ¿Beethoven?"
-"¡Sí!"

Sus piernas no soportaron el peso que llevaban, se diblaron, obligandola a caer al suelo mientras volvían las lágrimas a rodar por sus mejillas.

-"Lo siento, pero el accidente fue demasiado fuerte para él, señorita, su novio no sobrevivió" -

El peso que llevaba a cada momento le aumentaba y ya no sabía que hacer. Intentó levantase pero no lo consiguió, ententó griar, pero no lo logró, lo único que podía hacer era esperar a que el tiempo pasara.

-"No, no toco a Mozart"
-"¿No?, pero..."
-"De vez en cuando, sólo cuando quiero, pero prefiero a Beethoven"
- "Porqué?" -"Creo que es por... por que me encanta"
-"¿Y que tocas de él "Para Elisa"
-"No..."

Había logrado pararse, apenas se mantenía en pie, ella sabía lo que debía hacer... y lo haría, ya no podía hacer nada al respecto, todo estaba como estaba y ya no podía cambiarlo.

-¿Pero... porqué?
-Por que quiero... ya no es lo mismo. - dijo el chico rubio mirandola con un leve desdén.
-No es cierto.
-¡No me grites! y yo que me di el tiempo de estar contigo, pero para ti es más importante ese estúpido piano y el idiota que se murió en un accidente.
-¡MENTIRA!... Y NO HABLES ASÍ DE ELLOS.
-Di lo que quiereas, pero yo me voy, no quiero más.
-No... no... no por favor... no me dejes.

Desde lo alto se veía claramente la laguna y la luz reflejada en medio de ésta. El viento cantaba triste y los árboles lloraban. No lo dudó, la tomó fuertemente y la ajusto. sabía que sería duró pero no podía seguir así. Se preguntaba si alguien cuidaría de su piano y si le irían a dejar flojes a su "amado". Pasaban cada vez más y más preguntas por su cabeza, hasta que el peso volvió a sus hombros y sin dudarlo dio el paso. Un grito ahogado, una triste canción del viento, una noche estrellada, la luna llena y en el estudio un muchacho rubio tocando el piano.

-"Y que temas de él tocas "Para Elisa?"
-No... me gusta más... Claro de Luna"

Por si fueron observadores el cuento tiene saltos temporales. Los que estan del mismo color son del mismo espacio temporal.

lunes, diciembre 19, 2005

Cuento: En una noche de Navidad

Faltaba poco para que llegara el tan esperado día, aquel día en donde dicen que tus sueños se vuelven realidad y hay paz y amor para todos y en todo el mundo. Así es, quedaba poco para que llegara la tan ansiada, y preciosa, Navidad.

Era 24 de diciembre, aún era de día y una familia paseaba tranquilamente por un hermoso parque, para admirar lo bello del paisaje después de una larga nevada de la noche anterior. Era una familia pequeña, pero muy buena, alegre y por sobre todas las cosas llena de amor hacía su único hijo, Joshua. Era un pequeño de 5 años que adoraba estar con sus padres y siempre había tenido la ilusión de conocer al dichoso y nombrado Viejito Pascuero o Papá Noel.

La nieve era espesa y asimilaba a un gran algodón de dulce, Joshua solía jugar enterrandose en la nieve para poder esconderse de sus padres y que ellos lo buscaran de afanosa manera.

La tarde calló y comenzaron a aparecer las primeras estrellas en el firmamento, aún no se veía la luna, puesto que tocaba que ésta estuviera llena. Lentamente Joshua y sus padres comenzaron a caminar, por un sendero tranquilo y lleno de luces de colores que comenzaban a encenderse para guiarlos al de vuelta a casa.

Sin previo aviso se escucho crujir una rama, un grito ahogado de una mujer y una caída seca al suelo de algo. Joshua no sabía lo que estaba sucediendo así que instintivamente se acercó a los protectores brazos de su padre, pero cuando intentaba acercarse él lo alejaba y le gritaba cosas que no podía entender, sin aviso se escucharon 2 fuertes disparos y se comenzó a ver como algo teñía de rojo la blanca nieve.

Él lo vio, su mirada desencajada, su sonrisa diabólica y aquella arma en su mano, la cual estaba con una pequeña estela de humo por el reciente uso. Simplemente lo miró, sin compasión, por haber comentido tan cruel acto sin siquiera darse cuenta de que él se quedaría sólo... para siempre. En instante el hombre, el ruido se fue y sólo el llanto del viento y castañear de los dientes del niño era lo único que se escuchaba. La luna alumbraba con fuerza los cuerpos sin vida de los que alguna vez fueron sus padres, mientras Joshua miraba sin expresión la nieve rojiza que se encontraba a su alrededor, fue en ese momento en el cual miró al cielo y recordó los deseos que se concedían en una noche de Navidad.

-Papá Noel... sólo te pido... que no te olvides de mis padres, que buenos fueron conmigo y con todos los que estaban cerca de ellos y si te alcanza algo para mi, te pido que no me dejes solo.

El pequeño cayó inconsciente por el enorme frío que sentía, siendo la luna su única testigo de aquella cruel masacre aquella noche.

El tiempo pasó y otra Navidad llegó, en un frío cementerio completamente vestido de blanco, se encontraba un joven con una mirada triste, mirando con pena 2 sepulturas delante de él, en ellas se veían 2 hermosas rosas rojas, mientras el muchacho miraba al cielo a la luna llena.

-Lo sé... me concediste mi deseo... y es por eso que siempre voy a creer ello... por que nunca olvidaré lo que pasó... en una noche de Navidad.